EL NIÑO, CIUDADANO CON DERECHOS

La democracia sin participación no es tal. A medida que nuestra democracia madura, va creciendo un germen de desilusión que se traduce en muchos jóvenes que no acuden a votar, quizás sea por la falta de estructuras intermedias visibles entre el poder y la sociedad que se traduce en pasividad, en individualismo, en definitiva: desentendimiento de lo público.
Necesitamos fomentar el civismo desde la infancia.
El derecho de los niños a participar está recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece el derecho a expresar libremente su opinión en todos los asuntos que le afectan. La Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor también establece en el artículo 7 el derecho de participación, asociación y reunión, por lo que se exige a los poderes públicos que promuevan la incorporación del menor a la ciudadanía activa.

No hay que olvidar que el derecho implica responsabilidad y la participación significa elegir para lo cual deben estar informados, formados y concienciados, no sólo los niños y los jóvenes, también los adultos.

Pasó la semana dedicada a los derechos de la infancia, justicia de mínimos vulnerados en todo el mundo relacionados intimamente con los Objetivos del Milenio. Historias que nos encogen el corazón hay millones, algunas de ellas las hemos podido hasta visionar. Esperaremos a ver si el próximo 20 de noviembre tve nos tiene que concienciar un poquito menos.
Recopilado del antiguo cuaderno revolucionario eSOS: eDUCAR en SOStenibilidad

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