LA ESPERANZA EN COPENHAGUE

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MUJERES Y MEDIO AMBIENTE

Según la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer : “Por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas a tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. “

Más en Naciones Unidas para la Mujer:


Al hilo de la lucha por los Derechos Humanos que acontece esta semana, me preguntaba que entendía la comunidad internacional por “violencia” contra la mujer, porque a tod@s nos viene a la cabeza los cientos de mujeres maltratadas e incluso muertas a manos de los que se supone las querían, pero yo siento que va más allá, violencia también comprende la presión social negativa que pone a la mujer en desigualdad de condiciones frente al hombre. Es la violencia social.

En la protección del medio ambiente el papel que juega la mujer es importante, porque me atrevería a decir que la mujer potencialmente se involucra más en los problemas, en los conflictos del día a día, se conciencia con más facilidad, y en ese sentido tiene algo que enseñar a los hombres.

Desde la educación ambiental se está trabajando sobre este tema para poner en valor la participación de la mujer en la mejora del medio ambiente a la par que se promueve la sensibilización en género y medioambiente en los centros educativos.

El
Programa Geoda: “Mujeres y Medioambiente” de la Junta de Andalucía es un ejemplo fabuloso de política ambiental con enfoque de género, un programa integrador que pretende educar en igualdad de oportunidades para la participación equitativa en las políticas medioambientales, fusionando Igualdad de Género, Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible.

Desde este programa lanzan una propuesta interesantísima que llaman "Talleres participativos sobre medidas ante el Cambio Climático desde la Igualdad de Género". Si estuviera por Andalucía sin duda me inscribiría.

EL NIÑO, CIUDADANO CON DERECHOS

La democracia sin participación no es tal. A medida que nuestra democracia madura, va creciendo un germen de desilusión que se traduce en muchos jóvenes que no acuden a votar, quizás sea por la falta de estructuras intermedias visibles entre el poder y la sociedad que se traduce en pasividad, en individualismo, en definitiva: desentendimiento de lo público.
Necesitamos fomentar el civismo desde la infancia.
El derecho de los niños a participar está recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece el derecho a expresar libremente su opinión en todos los asuntos que le afectan. La Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor también establece en el artículo 7 el derecho de participación, asociación y reunión, por lo que se exige a los poderes públicos que promuevan la incorporación del menor a la ciudadanía activa.

No hay que olvidar que el derecho implica responsabilidad y la participación significa elegir para lo cual deben estar informados, formados y concienciados, no sólo los niños y los jóvenes, también los adultos.

Pasó la semana dedicada a los derechos de la infancia, justicia de mínimos vulnerados en todo el mundo relacionados intimamente con los Objetivos del Milenio. Historias que nos encogen el corazón hay millones, algunas de ellas las hemos podido hasta visionar. Esperaremos a ver si el próximo 20 de noviembre tve nos tiene que concienciar un poquito menos.
Recopilado del antiguo cuaderno revolucionario eSOS: eDUCAR en SOStenibilidad

EMPLEO VERDE QUE TE QUIERO VERDE

Me preguntaba que era exactamente eso tan sonado ultimamente de "empleo verde" y lo cierto es que no hay más, son eso, empleos que contribuyen de alguna manera un poquito al cambio de modelo económico.
La Fundación Ecología y Desarrollo ha colgado un especial sobre estos Empleos Verdes y desde ahí se enlaza a un informe encargado y pagado por el PNUMA que se titula: "Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible y con bajas emisiones de carbono", donde responden a esta dudilla que me recorría el cuerpo con zozobra ...
¿Qué son los empleos verdes?
Empleos verdes son los que reducen el impacto ambiental de las empresas y los sectores económicos, hasta alcanzar en definitiva niveles sostenibles. En el informe se entiende por empleos verdes el trabajo en la agricultura, la industria, los servicios y la administración que contribuye a conservar o restablecer la calidad ambiental. Los empleos verdes se encuentran en muchos sectores de la economía, desde el suministro de energía hasta el reciclado y desde la agricultura hasta la construcción y el transporte. Esos empleos ayudan a reducir el consumo de energía, materias primas y agua mediante estrategias de gran eficiencia, a descarbonizar la economía y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a disminuir o evitar por completo todas las formas de desechos y de contaminación, y a proteger y restablecer los ecosistemas y la biodiversidad.

PERO HAY DISTINTAS TONALIDADES DE VERDE.

SEGURIDAD ALIMENTARIA ANTE MIL MILLONES DE HAMBRIENTOS.

Por un mundo sin hambre. Hambre, algo que nosotros ni conocemos, no la hemos sentido, nos parece algo tan básico, lejano... algo de lo que incluso mi primo de 6 años ha oído hablar y que a menudo asocia a los negritos. Pobres dice mi abuela, no tienen de ná, y seguidamente vienen recuerdos de la Guerra. Y ahí queda, en la conciencia remota de muchos desarrollistas como nosotros que ni siquiera hemos vivido la guerra. Qué suerte la nuestra haber nacido aquí, ahora.
La próxima semana la FAO tiene convocada la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria. Hablan los expertos de cómo alimentar al mundo en 2050, de que funcione mejor la gobernanza mundial de la seguridad alimentaria, de cómo conseguirlo en época de crisis. Crisis, podrán decir aquellos que nosotros estamos en crisis cuando se mueren de hambre. SÍ, porque cuando las cosas a nosotros nos van mal, a ellos les perjudica todavía más. Injusto. Nosotros - Ellos.

“Esta crisis silenciosa del hambre, que afecta a uno de cada seis seres humanos, supone un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales. Necesitamos crear con urgencia un amplio consenso para la erradicación rápida y completa del hambre en el mundo.”

CORTO Y CAMBIO. VOY A HACER LA COLADA

El 80 por ciento del calentamiento global es responsabilidad de los países ricos. Los mil millones de personas más pobres del planeta cargan con sus peores consecuencias. En diciembre de 2009 en Copenhague se votará el acuerdo que sustituirá al actual Protocolo de Kioto. ¡REMUEVE LA CONCIENCIA DE ZAPATERO! FIRMA LA PETICIÓN y HAZ TU COLADA DE LÍDERES POLÍTICOS. http://www.IntermonOxfam.org/cortoycambio/

Este es el mensaje de la ingeniosa campaña que Intermon Oxfam ha lanzado como grupo de presión en Copenhague, y digo ingeniosa porque esta gente siempre utilizan la creatividad para enganchar a la gente. Esta vez se trata de hacer la colada, sí sí, metes la cabecita de un líder político en la lavadora y le "remueves" la conciencia. Finalmente firmas una carta que le llegará a Zapatero pidiéndole que se comprometa con la causa... a mi entender lo tiene complicado y se posicionará hacia donde hayan decidido desde Europa.

¿Qué sienten las personas de los países pobres al tener que cargar con las consecuencias del cambio climático? ¿Cómo podemos conseguir que los líderes mundiales se mojen para acabar con el calentamiento global? Desde el 24 de octubre, las voluntarias y voluntarios de Intermón Oxfam están en las calles de todo el país para invitarte a hacer corto y cambio contra el cambio climático.

Todo el mundo se puede apuntar a las movilizaciones que tienen programadas hasta la fecha de la Cumbre, aquí pongo las fechas de algunas convocatorias pero en la web vienen de casi todas las ciudades de la geografía española.

Madrid: 10 – 20 de diciembre /Sevilla, Córdoba y Huelva: 14 – 20 de noviembre /Cuenca: 21 - 27 de noviembre

¿PODEMOS ESPERAR ALGÚN ACUERDO EN COPENHAGUE?

Barcelona acoge esta semana la reunión sobre cambio climático que ha de fijar el texto a negociar el próximo mes de diciembre.
Jordi Flamarich
Sostenible.cat
02-11-2009

Este lunes empieza en Barcelona la reunión que ha de fijar el texto a negociar el próximo mes de diciembre en Copenhague, y que debe suponer el relevo al Protocolo de Kioto. Se darán cita más de 4.000 expertos y representantes venidos de casi 200 países. La capital catalana se convierte así en la última estación de un camino que comenzó en Bali y que últimamente ha pasado por Bonn y Bangkok. Un camino, sin embargo, de final aún incierto.

Copenhague parece para todo el mundo la última parada, el lugar de donde saldrá el gran acuerdo global que nos ayudará a hacer frente al calentamiento global. De hecho, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lleva años reclamando a los líderes políticos un nuevo marco político internacional contra el cambio climático, pero a medida que nos acercamos a la gran fecha se impone la cautela.

Ni siquiera desde Naciones Unidas se ven claras las cosas: la semana pasada, Janos Pasztor, asesor de Ban, reconoció que es "poco probable" que se llegue a ningún acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la cumbre de diciembre. Hay muchos números para que las reuniones terminen con una declaración política no vinculante, por lo que desde la secretaría general de la ONU ya se estaría planificando una agenda de conversaciones y reuniones "post-Copenhague".

En la misma línea, Yvo de Boer, secretario de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, ha admitido que será "físicamente imposible cerrar todos los detalles del acuerdo en Copenhague", por lo que el encuentro en diciembre debe servir para establecer un marco político que dé respuesta al reto del cambio climático de forma "clara, realista y bien definida". Los detalles se deberán pulir, pero, durante 2010, para que el ansiado acuerdo pueda entrar en vigor en 2012, cuando finaliza el protocolo de Kyoto, asegura De Boer.

¿Llegarán los Estados Unidos a tiempo? Nadie duda que la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca ha marcado un giro de 180 grados en la política ambiental estadounidense. El pasado mes de junio, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que, por primera vez, imponía límites a las emisiones de gases de efecto invernadero y promueve la transición hacia fuentes de energía menos contaminantes. Lo que ya no está tan claro es que este proyecto se termine concretando antes de la cita en Copenhague, sobre todo por la resistencia que encontrará en el Senado de la mano de los representantes republicanos.

Sin unos números claros sobre objetivos de reducción de emisiones sobre la mesa, la indefinición norteamericana puede ser, una vez más, fatal. "Necesitaremos que los Estados Unidos den una cifra durante la negociación", aseguraba hace unos días Ed Miliband, secretario de Energía y Clima británico, "sin los números será imposible que tengamos éxito en Copenhague".

Los cuatro puntos críticos El caso de los Estados Unidos es justamente el paradigma del primero de los cuatro puntos críticos que, según De Boer, deberán superarse en Copenhague: establecer unos nuevos objetivos -y más ambiciosos- de reducción de las emisiones para los países industrializados. El segundo punto crítico será conseguir un compromiso por parte de los países en desarrollo para frenar el crecimiento de sus emisiones. En tercer lugar, habrá que llegar a un acuerdo sobre la financiación necesaria para ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático y fomentar su desarrollo 'limpio'. Finalmente, el cuarto punto crítico será la creación de una institución internacional para administrar estas ayudas.

Precisamente, el tema de las ayudas a los países emergentes fue tratado el pasado viernes por los líderes de la Unión Europea. Tras duras discusiones, los Veintisiete sólo fueron capaces de cuantificar el volumen de las compensaciones para el año 2020, unos 100.000 millones de euros anuales. Pero ni una palabra acerca de cómo se repartirá finalmente esta cantidad entre los países industrializados, cuestión que queda aparcada hasta la cumbre de Copenhague.

Hace unas semanas, la Comisión Europea calculó que entre 22.000 y 50.000 de estos millones deberían ser asumidos por los erarios públicos de los países ricos, y el resto por la industria (a través de los ingresos del mercado de carbono). Al mismo tiempo, la Comisión fijó la cantidad correspondiente a los países de la Unión Europea entre los 2.000 y 15.000 euros anuales. Lo amplio de estas horquillas a la hora de fijar las compensaciones ya es un mal indicador, pero aún lo es más que esta propuesta puede quedar en papel mojado si la UE es incapaz de convencer a los Estados Unidos y Japón para que se sumen al acuerdo.

ARTÍCULO DE JORDI FLAMARICH PUBLICADO EN WWW.SOSTENIBLE.CAT CON FECHA DE 2 DEL 11 DE 2009.